Las organizaciones son sistemas sociales, conformadas por lo tanto por personas. Cuando se desea trabajar en y con ellas o bien dirigirlas, es necesario comprender su funcionamiento. Estas combinan en su funcionamiento la ciencia y las personas, así como también la tecnología, lo cual por supuesto es de por si compleja y cuando se la agrega a esta el componente humano se obtiene un sistema complejo que desafía toda comprensión. No obstante, la sociedad debe entenderlas y utilizarlas porque son necesarias para lograr beneficios en pro del progreso de la civilización. Ese sistema social interno de las organizaciones, se compone de dos partes, por individuos y la parte grupal. Dentro de estas últimas se dan grupos formales (derivada de la propia estructura y normativa interna de la organización), a la par de los no formales. Se debe tener en cuenta que los grupos son dinámicos, cambiantes y se pueden dispersar por su mismo contenido individual que les señala muchas veces como piensa y siente cada individuo.
Las organizaciones entonces existen para servir a las personas y no para que estas sirvan o se sirvan de las organizaciones. Por otro lado hay que ver, que estas personas son las que harán fenecer o resurgir las organizaciones, al fin y al cabo lo cambiante del ser humano y de los grupos, las hacen inestables y depende de ellos el rumbo que estas finalmente sigan.
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